Control de erosión
El uso de los geosintéticos en los proyectos de control de erosión se ocupa como una medida de mitigación y compensación de impactos ocasionados por el viento y/o agua, logrando el equilibrio deseado entre la vegetación y la construcción.
Este objetivo se obtiene mediante la utilización de geomantas, las cuales ayudan a conservar superficialmente la vegetación, y las geomallas y geoceldas para aportar la estabilización interna en taludes y canales, disminuyendo así el desprendimiento, transporte y depósito de suelo o roca.
La erosión se intensifica en terrenos con alta pendiente, donde más de la mitad del suelo puede ser arrastrado hacia las partes bajas.
Procesos de erosión sin control pueden causar daños mayores al terreno o estructuras existentes y/o al medio ambiente por lo que resulta de extrema importancia proporcionar el tratamiento adecuado a la superficie.